Barakaldo, Sestao, URA, Diputación... |
Los
desechos lanzados por gente sin civismo alguno a las riberas de nuestros ríos, montes
y espacios naturales, y perpetuados por una Administración sin sensiblidad son
el alimento de nuestros peces (de río y de mar), de las aves marinas, de
nuestra flora y fauna... No es una opinión, es una realidad.
El
modelo de gestión de residuos promovido por la Administración en Bizkaia ha
inculcado la premisa de "tu echa y no te preocupes. Modelo
Zabalgarbi". Pués bien, no hay día que no nos topemos con restos de obra,
de coches, de supermercados, de lo que sea; que no nos los encontremos en
nuestros montes, senderos , riberas y cuencas de los ríos.
Sus
autores, personas que tienen absolutamente interiorizada esta premisa. El
problema, la desidia de la Administración a la hora de actuar. La consecuencia,
la contaminación de tierras y aguas, ya sea por toxicidad de los elementos
arrojados, ya sea por degradación de los materiales.
Este
fin de semana, desde la Margen Derecha
nos han hecho llegar testimonios gráficos de materiales de diverso tipo
lanzados en el entorno del río Gobelas en el barrio de Lamiako. En anteriores,
hemos denunciado en Bilbao, en Barakaldo, en Trapagaran, en Sestao... Da igual,
la Administración pondrá en marcha su campaña por la separación selectiva de los
residuos, pero si ésto no se acompaña de agilidad en la actuación contra esos
vertederos incontrolados, no resultan muy creibles.
Y
decimos Administración, porque éste es un tema en el
que no se debiera hablar con
mentalidad de departamentos estancos, sino de vasos comunicantes, al igual que
hace la contaminación que provocan estos residuos. Empieza en un municipio, se
filtra a la tierra y las escorrentías lo llevan a arroyos que confluyen en los
ríos y, al final, al mar. O simplemente, gracias a quienes lo arrojan a las
riberas, el trayecto es más corto del río al mar, que a su vez lo devuelve a
tierra y así en un bucle sin fin. En definitiva, al final socializamos toda esa
contaminación y luego nos alarmamos por la detección de niveles de toxicidad en
peces.
Mientras tanto, nos encontramos con Ayuntamientos que dicen haber
abierto algun expediente, que si la competencia es de esta u otra
Administración, de si el terreno donde se ha detectado el problema es
particular, que si a partir de este centímetro ya no me toca a mí, ... y eso en
el caso de que diga algo. Mientras tanto, los materiales arrojados para su
degradación sin control se
perpetuan hasta que nuestra mirada se acostumbra tanto que forma parte de la
naturalidad de un paisaje cada vez más desnaturalizado.
¿Acaso no sería más lógico proceder a la retirada del residuo y
luego discutir a quién le corresponde la factura? ¿Acaso, no sería más lógico
dotar de recursos humanos y económicos la vigilancia y preservación de nuestros
espacios naturales, que pagar el alto coste de esta lamentable huella
ecológica? ¡Ah, claro! No hay dinero, lo hemos
llevado al TAV, a la Variante Sur Ferroviaria, a la incineradora de Zubieta, a
las hipotecas de la SuperSur y Zabalgarbi..., y todo en aras a la ¿sostenibilidad?
EGUZKI