En el día de hoy,
dispone de solicitud condicionada por Nuclenor, pero avalada por el
gobierno y de un informe del CSN que demuestra su carácter político y
decisión de amparo del derecho a revertir la situación, concediendo a
Nuclenor la posibilidad de volver a la actitividad de explotación
nuclear.
Por todo ello, las palabras del Señor Soria son un
juego dentro del teatro e incertidumbre, pues no declara una decisión
irreversible, sino condescendiente y proclive a cambiar en el futuro,
mostrándose como siempre partidario de la energía nuclear, de apoyar al
lobby nuclear, y de exponer la crisis como excusa para no incentivar
industria productiva sino mortífera como es la nuclear.
Tanto la posibilidad mostrada de adaptación a un
nuevo procedimiento y expediente administrativo, como las nuevas
condiciones económicas acordadas por todas las partes pro nucleares, PP y
Nuclenor, son excusas para no rechazar el cierre permanente, definitivo
e irreversible. Cualquier excusa es un riesgo grave de atentar contra
la seguridad de toda la población del entorno.
Este gobierno debe pensar que el argumentario de la crisis y de su consulta al Consejo de Seguridad Nuclear (con votos del P P y
CIU a favor), esta por encima del coste y voluntad popular, que de
forma clara y contundente se ha posicionado al respecto.En la última semana,
tanto el Ministro Soria, mostrando tanto su cara pro nuclear, como
otros políticos, lobbystas eléctricos y medios afines, vienen planteando
su apuesta para revertir el cierre de una central conocida como “la de
las mil grietas", ocultando y tapando el gran debate de Garoña, la falta
de condiciones de seguridad y el riesgo que supone para la población.
En relación a Garoña, mediante
un informe, el fabricante de los reactores nucleares BWE/2-5, de agua
en ebullición, como el de Garoña,General Electric (GE), destaca un fallo
de seguridad susceptibles de un problema de fricción en las barras de
control y concluye que la "deficiencia" detectada podría desencadenar
una situación "preocupante" de producirse un terremoto dado que podría
dar lugar "a no poder parar una central"en caso de emergencia.
Toda la energía nuclear es peligrosa, cuyo
funcionamiento incierto y peligro imprevisible y mucho más una central
con la tecnología de hace 40 años. En
Garoña algunos elementos esenciales para la seguridad son
extremadamente vulnerables.Las grietas en las penetraciones de la vasija
del reactor, la corrosión intergranular, en el barrilete, lasí como os
manguitos de las penetraciones de las barras de control han sido también
aquejados por problemas de corrosión que han dado lugar a nuevas
fisuras.
Ante
una central vieja, obsoleta y denominada de las mil y un grietas, su
posible autorización supone una responsabilidad sobre este riesgo grave y
permamente, en tanto en cuanto no se garantice a la población el cierre
total, definitivo e irreversible.
En
segundo lugar, la ausencia de seguridad de la planta, que la Unión
Europea no garantiza ni con las pruebas, y en este caso, sin que es
hayan sometido a medidas adecuadas según las revisiones y exigencias
europeas, deben llevar a una deslegitimación social, política e
institucional para su funcionamiento.
Ambas
claves anulan cualquier discurso pro nuclear o intento de prolongar la
vida de Garoña, tanto del lobby pro nuclear como el gobierno de Mariano
Rajoy, así como supone poner cada vez más en jaque la seguridad de más
de un millón de personas de su entorno, así como contra las
comprobaciones y meditadas palabras de una institución europea.
Dado
que no hay forma de cumplir con las condiciones de seguridad nuclear en
Garoña, ni cumplir las pruebas exigidas por Europa, y la seguridad no
es un juego, se debe descartar cualquier posibilidad futura de modificar
normas (como ya hizo el gobierno del PP en julio de 2009) para permitir
su mantenimiento o incluso explotación con los consiguientes peligros
latentes, puesto que el interés económico del lobby nuclear es aumentar
los costes sociales y su propio beneficio, sin considerar de manera
objetiva su estado y riesgos reales de accidente nuclear en Garoña.
Desde
Eguzki, pondremos el acento del debate en el coste de seguridad y en la
voluntad mayoritaria que pretende ser violada, para recuperar la
dignidad y parar este intento de imposición, por lo que a criterio de
Eguzki, el cierre de Garoña debe ser algo irreversible y, tan solo hace
falta que, de una vez por todas y se apruebe el plan de desmantelamiento
y otro de dinamización laboral en la zona, puesto que Garoña es una
planta nuclear que debería haber estado cerrada hace mucho tiempo por
vieja, por peligrosa, por innecesaria, por estar amortizada, porque lo
demanda la sociedad.
NUKLEARRIK EZ!! GAROÑA ITXI ORAIN !!!
EGUZKI Talde Ekologista
Gasteiz, 19 de junio del 2013ko ekainare 19an
Tf.688662532 eguzki.eguzki@gmail.com
http://www.eguzki.org