Hace unos días el Área de Urbanismo,
Infraestructuras y Servicios Municipales confirmó que se procederá a la tala de
cerca de un centenar de árboles en Barakaldo por la detección de "un
debilitamiento de su tronco" y por el peligro que ello puede suponer para
los viandantes. Ante esto, EGUZKI ha transmitido la conveniencia de realizar un
chequeo de la totalidad del arbolado para conocer la situación real a día de
hoy y analizar y planificar una solución definitiva.
Este colectivo ecologista ha solicitado que amplien
la información sobre el tipo de enfermedad que presentan los árboles marcados y
si se han explorado otras fórmulas que pudieran resultar eficaces frente a la
tala. En este sentido, ha subrayado que entre 2015 y 2016 también se procedió a
la tala de un número importante de árboles (unos 150 en San Bartolomé y casi
otra docena más de falsos plataneros en el parque de San Bizente) ante la presencia de algun tipo de hongo, y la
simple reposición de ejemplares no se presenta como una solución eficaz y
definitiva, aunque sí de importante coste económico.
Por ello, EGUZKI insta al concejal-delegado del
Área, Jon Andoni Uría, a realizar un análisis completo del arbolado urbano y,
antes de proceder a la reposición, identificar las especies autóctonas más
resistentes ante el tipo de enfermedad que está aquejando a los de otras
especies y planificarla intercalando especies para evitar la propagación
descontrolada de epidemias.
Asimismo, considera que de todos esos datos y de las
especies con las que se va a repoblar nuestras aceras y parques debiera ser
informada el conjunto de la población por ser de interés general, dada la gran importancia que tiene el
arbolado urbano para disminuir el efecto de "isla térmica" que
conllevan las ciudades y mejorar la calidad del aire que todos y todas
respiramos.
Siendo actualmente reconocido por toda la comunidad
científica el valor del arbolado urbano como la herramienta más eficaz para
combatir la contribución al "efecto invernadero" que conllevan las
ciudadades y su recomendación de incrementar el número de ejemplares, el hecho
de que nos encontremos en similar situación dos años más tarde, caminando en
dirección contraria y "sacrificando" nuevamente un número tan
importante de árboles, dirige inevitablemente la mirada o bien hacia la empresa
encargada del servicio de jardinería por realizar un mantenimiento
insuficiente, o hacia las personas responsables del área por una actuación
negligente con consecuencias gravísimas para nuestros árboles, para la calidad del aire, y todo ello
con cargo al erario público.
Por último, subrayar que en su respuesta el sr. Uría
señala la tala de algunos ejemplares que, "sin presentar enfermedad
alguna, se aprecie riesgo de caida o la posibilidad de generar algún
daño", lo cual apunta a una actuación absolutamente caprichosa en
beneficio de algún otro tipo de interés absolutamente ajeno a la erradicación
de la enfermedad que pudiera aquejar al resto de árboles. Igualmente, pedimos
que se aporten razones, porque tal como se plantea resulta injustificable.
EGUZKI
12 de noviembre de 2017